Para una buena ejecución de solado, tenemos que tener presente primeramente una buena base y posteriormente la impermeabilización de la misma.
Realizados estos dos puntos nos disponemos a la realización del solado, con baldosas antideslizantes y resistentes a heladas, que serán asentadas sobre una solera de mortero, acentuando las pendientes existentes y enlechándolo posteriormente.
Formaremos las juntas de dilatación adecuadas, coincidiendo con las primitivas si es que existen, siendo rellenadas con masilla especial.
Por último se colocará el rodapié de la misma calidad al solado empleado, cubriendo así la impermeabilización realizada de origen y enlechándolo como acabado.